Blog de mi propia música independiente... donde la música fluye de mi corazón a vuestros oídos mezcladas con algún que otro sueño que quiero compartir con la suave lectura de vuestros ojos... mas allá de los ecos de la última calle.
sábado, 23 de noviembre de 2013
El Universo en mis Ojos
Cuando tenía 8 años me mudé con mis padres de Barcelona a Cádiz. Para ser exacto a Sanlúcar de Barrameda, donde desemboca el Guadalquivir, y para ser aún mas exactos a un barrio marinero que se llama Bonanza. La etimología de este barrio viene dado por sus aguas siempre en calma, como una balsa de aceite. El impacto de pasar de una gran ciudad a una pedanía pre-fabricada con argamasa silenciosa, con luz de estrellas y de farolas taciturnas, con esencia de río y de bosque... (enfrente se encuentra el parque nacional de Doñana), de cal blanca y de hormigas en hilera... fue para mi brutal. El recuerdo de los autobuses pasar como fantasmas nocturnos, el ruido de las motos llegando, pasando y perdiéndos en la lejanía silenciosa de aquella avenida, como si de un trueno prolongado se tratara, siedo tragadas por la oscuridad de pez más allá de la última farola... fueron un contrapunto cardinal, un contraste de dos mundos que fulminaron mi alma y mi esencia de niño. Pero lo que más me impactó de todo esto, fue el cielo, la primera vez que ví el cielo sentí vértigo como si todo el universo con todas sus constelaciones se fueran a caer encima de mi cuerpo de 8 años. No recordaba el cielo de Barcelona por que allí no había estrellas por culpa de la contaminación lúminica, pero claro esto es algo que sé ahora, en aquellos momentos de la infancia en el que todos pensábamos que la luna nos seguía a todas partes, pensaba que mis padres había cambiado el cielo por el arte del birli-birloque. Por eso quiero dedicarle esta canción al universo nocturno. Al que se puede ver en un empíreo despejado, oscuro y sin mácula de humos y gases. Al cielo de Bonanza o al Cielo de la Jara que aún hoy me hace retrotraerme a mis tiempos de infancia y me hacen reflexionar sobre la insignificancia del ser humano. Tan presentuoso y tan rídiculo a la vez. Espero que rememoreís esos millones de puntos brillantes que ya pintó un Van Gogh alucinado, como el de la foto, y espero que la música os reporte a las estrellas. Saludos a todos aquellos que habitan más allá de las constelaciones conocidas y por conocer y que me contemplen con admiración desde un planeta imaginario... y por supuesto dedicar esta canción al que ya se la dediqué en su día... a mi hermano Manuel.
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Vendré a visitarte...Adoro la música!
ResponderEliminarBesos,
Pues No dudes parar por mi calle. Te leo...
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